Con los labios llenos de òxido
ella roe los cuescos de lunas pasadas
y sacude su pelo de polillas escandalosas
No recuerda la tibieza del
sol en su cuello
No recuerda el olor de las
tardes de agosto
No recuerda porque no quiere.
Juego de azar entre la calle & sus pies
Traga el humo de caños ofensivos,
alimento de sus pulmones pequeños
Bien podrìan descansar en mis manos
Ella tiene un recuerdo sin cortinas
traficando impulsos al borde de sus ojos,
ojos que cuentan historias sin destinatarios fijos
y yo las leo.
Y va absorbiendo los colores que le faltan de la lluvia
y yo los mezclo con matices de nube, de poza, de viento.
Ella sonrìe & el cielo se expande en otros mundos,
donde no hay òxido ni polillas ni caños ofensivos.