él saluda, ella se va
Se va protestando contra la cortesía y los zapatos húmedos
no puede sujetar pausas en los nudillos.
Las gotas se evaporan al rozar sus mejillas.
Flotan tres estrellas al levantarse
una por su infancia
otra por su hambre
y de la última no se sabe más
que la mantiene envuelta en un pañuelo
y si está bajo su cama no se sabe ¿alguien lo sabe?
y se acomoda la blusa
y se repasa los botones con el dedo pulgar
y va dejando manchas de ceniza sobre las cosas
y se repasa los labios con el dedo índice -ese color le sienta bien-
Se acomoda el pelo
y va dejando su perfume suspendido en las telas.
un poco de calle un poco de humo un poco de alcohol
Las primeras horas son las últimas
Lo dice la calidez de su piel
se toca las piernas como una niña
para olvidar el Frío
antes que a éste se le ocurra abordar su venganza
por qué me olvidaste
Sólo fueron una horas es humano es humano
Tú siempre tienes donde alojar
quítate las botas
No quiero
abre la ventana
Déjame
Casablanca negracasa
Esto es cuestión de azul amarillo y rojo
tienes la falda arrugada
Es un detalle
a mí me importa
Entre sus dientes cuelga el pañuelo arrugado con ceniza
y de él se extiende un carnaval a la altura de sus labios que
cae por sus hombros por su espalda
recorre sus codos
avanza entre sus pechos se desliza por el ombligo
corre por sus piernas
aloja en sus pies
y se despliega caprichoso
Ella se quita la falda arrugada la quema
Se lava las manos con licor y se pinta el cuerpo con tempera amarilla roja y azul
Es humano, dice, es humano.
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