viernes, 29 de abril de 2011

Limón y fuego

Canela está llorando.
Dice que le teme a las cortinas desteñidas.  Dice que no reconoce
mundo sol ni tierra más allá del vidrio.     Canela está asustada


Recuerda consejos de madera.   Esos que hoy se resquebrajan 
al chocar contra su piel tostada.   Le decían que
  en este caso se lava la nuca con limón
  y se muelen las sienes con piedras
  para aplacar los gestos borrachos & la languidez potencialmente crónica de los brazos


Canela pide que la abrace        que me quede a su lado
   y se nos hacen agua los soles sobre las frazadas
Ella se acurruca conteniendo una marea peligrosa al borde de su cintura y de sus ojos
Yo me duermo en su pelo.  Y le beso las manos. Niña, no te diluyas
Niña   no me sueltes la mirada. Niña, no, que algo sucede con tu corteza y no lo entiendo

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