Zeus
los acoja en el bendito manto azul que le seco el sudor a Daniel después de
tanta angina del pecho que provoca cantar los cantares de Canaan y su
descendencia cuyas tierras le quitaron el nombre a cuanto papa se casó de
Noel y Gabriel luego de agitar olivos en la espalda a la entrada de
la ciudad que cuida Sansón de los tobillos torcido
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