sábado, 15 de diciembre de 2012

Allá la ciudad se cambió el nombre para que no lleguemos

tengo miedo de caerme al borde de la hoja, perfilar el diente y que me arranques un pedazo de piel,
Dime, que no quiero ser despedazada por hormigas en el abandono de tu cariño,
azúcar lamida al sol, quedo adherida a la calle.
          /sol en desuso, una patada y cruza el cielo

afilado tu diente se quiebra en mi vereda,
salen todas las virgencitas vestidas de raso a pasearse por el barrio
con pelo de verdad y narices alargadas
lozana vagancia, abundante desgarro del cielo, se abre en dos un continente en tu nombre

     incontinente llanto de cuerpo entero, ejecuta el baile de las vírgenes fuera de temporada
    no me dejes, colgada al borde de tu diente, que puedo ser mordida cuando grites mi nombre
    no me grites el curso de las penas de hojalata, que cuando pateo piedras hacen tanto ruido

virgencita, le rezo con las manos escondidas en el delantal
para que no les vea las manchas
y no la miro para no empañarme; qué raro que está el tiempo últimamente, tanto sol
La virgencita me perdone por trapear la esquina con raso, ella me perdone
por sacarme el pelo a tirones cuando, incontinente, lloro cuerpo entero, cuerpo ajeno, cuerpo della,
lloro el cariño pegoteado, pecado de regar las flores con agua estancada,
Amargo se ha vuelto este continente en dos partido. A las casitas se les pasa el agua

con un pelo pretendo coser el continente/
            / nunca aprendí a zurcir como las viejas que me daban pinchazos en las manos por mala niña       (cuándo te vas a reformar, por la cresta)

digo que amo y se me achican los zapatos, siento que amo y se me arrugan los labios, Amo te. Yo amo perfilada en tu diente con un dejo de limón Y trepo de vuelta por tu lágrima, pómulo arriba
para preguntarle a tu ojo con asombro de niña si también me llora porque me ama

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